Iglesia de Nuestra Señora de la Cabeza
Construida extramuros, al norte de la ciudad amurallada, fue consagrada en 1210, representando el último románico abulense. Inicia su cabecera dentro de una estética románica, dando paso a la construcción de unas naves de evidente inspiración mudéjar. Los tres ábsides, que se proyectan en tres naves, están construidos en granito berroqueño al exterior, rematados en pequeña cornisa que, ejecutada en granito "caleño", no porta decoración alguna.
El cuerpo de tres naves con formeros de arcos doblados en ladrillo, los arcos de las capillas absidiales y la organización de la portada meridional, nos sitúan en una fecha posterior y en soluciones de tradición mudéjar. La portada meridional remata en pequeña espadaña y frontón triangular con hornacina que acoge la imagen de la Virgen de la Cabeza. En 1708 el acceso occidental queda coronado por una robusta espadaña.
La iconografía escultórica se muestra en la decoración de las impostas del presbiterio que, caracterizada por un trenzado con puntas de diamante, ponen de manifiesto la impronta de motivos de tradición islámica.
En 1834 se traslada el cementerio municipal a este punto de la ciudad; en este tiempo el templo hizo de capilla, quedando reducida a su condición de ermita cuando, ya en el S.XX, el cementerio se traslada a su emplazamiento actual.