Semana Santa

Ávila ha sido comparada muchas veces con la ciudad de Jerusalén. Las semejanzas están en la elevación de Ávila sobre el montecillo que la hace emerger sobre el valle Amblés; en la muralla que la cerca con la vigía permanente de sus noventa torres; en la preeminencia de sus iglesias y sus monasterios, que la pregonan ciudad sacra; en sus calles ascendentes y quebradas; en el halo religioso de su historia y de sus gentes.
No es fácil olvidar a Jerusalén, cuando desde el poniente, con luz de atardecer, contemplamos la ciudad castellana.
Por eso, es Ávila buen marco para celebrar los misterios religiosos en el dramatismo de la Semana Santa, con su exigencia de austeridad y silencio.
El ámbito de los templos románicos y góticos abulenses, las fachadas pétreas de las casas señoriales y las celosías de sus conventos hacen de Ávila lugar preferente para adentrarse en la contemplación renovadora de hechos lejanos y de actualidad perenne.
El Monasterio de San Francisco fue la cuna de los desfiles procesionales de la Semana Santa Abulense.
Una crónica antigua dice: "A principios del año 1500, se nota ya en Ávila la urgente necesidad de fundar una Hermandad con fines netamente cristianos y caritativos. A este fin se reorganiza una antigua Cofradía existente" A esta Hermandad se le dio luego el honorable título de la SANTA VERA CRUZ.
Los primeros años del siglo XIX fueron tiempos difíciles para la vida española y la Semana Santa no podía estar ajena a esto acontecimientos en cuanto a sus desfiles procesionales. La invasión francesa afectó a Ávila muy profundamente en cuanto al desarrollo de sus actividades religiosas y sufrió el expolio a que vinieron siendo sometidas nuestras Instituciones, así como la privación de libertad en el ejercicio público de sus actos de culto.
Implicó en esta tarea a todas las Cofradías y Hermandades, las cuales acogieron con entusiasmo la idea, que pronto se tradujo en una superación permanente por llevar a cabo unos desfiles procesionales esplendorosos dentro del espíritu cristiano. Esta superación alcanzó unos altos niveles de organización y participación en todos y cada uno de los desfiles procesionales tradicionales al tiempo que movió a la creación de otros nuevos.
La Junta de Semana Santa, mientras desarrollaba las actividades ordinarias, ha trabajado con empeño en promover todas aquellas acciones que pudieran repercutir en el mejor esplendor y solemnidad de los desfiles y demás actos que llenan el programa religioso cultural de esos días.
La Junta de Castilla y León, la declaró de Interés Turístico Regional en 1993.
En2014 la Semana Santa de Ávila fue declarada de Interés Turístico Internacional.
