Parque de Joan Miró

Este parque amplio y diáfano, conocido también como Parque del Matadero, es un gran pulmón lleno de posibilidades que sirve para que los vecinos y visitantes se relajen. Situado en el extremo sudoeste del barrio, ejerce de aperitivo ideal para adentrarse en la monumental Plaza de España.
El 1979, Barcelona desmantelaba las instalaciones de su antiguo matadero municipal. Con su derribo, nacía el primero de los grandes parques urbanos de la Barcelona post-franquista, una ciudad con voluntad renovadora que ya intuía la importancia de desarrollar un urbanismo pensando en las nuevas necesidades sociales y que planteaba la remodelación para otros usos de infraestructuras obsoletas. Así, el grupo de jóvenes arquitectos encabezado por Beth Galí concebía un parque que ocupaba cuatro manzanas del Eixample, y que el porpio Ildefons Cerdà ya había proyectado para esta parte de Barcelona. El popularmente llamado Parque del Matadero se extiende como un puzle de elementos diversos alrededor de una plaza de cemento destinada a la celebración de actos de todo tipo. El paseo y el ocio quedan garantizados al pasar por una serie de elementos que enmarcan este espacio, como plataformas a diferentes niveles, pequeñas callejuelas y zonas arboladas con pinos y encinas.
Junto a la calle Tarragona hay un canal artificial de agua que refresca este lado del parque. Allí encontramos la monumental escultura de Joan Miró, "Dona i Ocell" (Mujer y Pájaro), de 22 metros de altura. Junto con el parque, fue inaugurada en 1983, un poco antes de la muerte del artista. En el otro extremo del parque encontramos la biblioteca pública que también lleva el nombre de Joan Miró.