Ermita de San Sebastián

Situada a las afueras del pueblo, en la parte más alta de la ladera, constituye la primera edificación cristiana de la localidad tras la conquista a finales del siglo XV. De escaso tamaño y planta rectangular mantiene las características constructivas del tardo-gótico español. Cuenta una leyenda popular que la advocación bajo la cual se coloca la ermita se debe a que durante el asedio la Reina Isabel dió a luz un hijo prematuro que falleció a las pocas horas de nacer y al que bautizó como Sebastián.
Ermita de nave única con camarín, sacristía y casa de santera.
Sólo abre sus puertas en Semana Santa, para la bajada del Cristo, en la madrugada del Viernes Santo (Noche del Jueves al Viernes).
