Iglesia de San Lorenzo

 
 
 
 
Dirección: C/ Cabrales, s/n
 
 

A principios del siglo XX, la actual manzana que ocupa el templo, eran unas cuadras de caballos de tiro. Por razones de higiene urbana, el arquitecto Luis Bellido y González (Logroño, 1869 - Madrid, 1955) no quiso huecos, en contra del típico carácter exento de las catedrales góticas. 


La necesidad de unos servicios de sacristías y despachos, lleva a embutir los ábsides rodeándolos de dependencias para los servicios indicados, resolviendo a la vez de esta manera la circulación por detrás del altar.


El arquitecto utiliza piedra arenisca para la fachada y muros perimetrales; mampostería irregular para los muros interiores; hormigón armado en columnas, arcos y nervios; rasilla de ladrillo para las bóvedas; madera y teja en la cubierta; madera y lajas de pizarra en las agujas de las torres.


El conjunto de la iglesia responde al modelo de las iglesias góticas de predicación que levantaron en nuestras ciudades las órdenes mendicantes medievales, dominicos y franciscanos, iglesias urbanas de predicación que poseen grandes coros para uso de la amplia comunidad de frailes, y resuelven este problema situando en el centro de la fachada una sola puerta bien grande: al entrar encuentras bajo el coro un espacio todo lo diáfano que es posible, con adornos en  el techo que disimulan y se hacen perdonar su inevitable existencia.


Un detalle moderno en la fachada son los dos escudos que la adornan: uno de la ciudad de Gijón, con su héroe romántico Pelayo; y el otro el del obispo Vigil, con su lema que resulta difícil leer, un lema enigmático y muy acorde con la personalidad y los problemas religiosos que tuvo que afrontar a caballo entre dos siglos: "Esto vigil et confirma". Es orgulloso el Obispo: juega con su apellido y lo imprime en su enseña, convierte el Vigil en "vigilante" y el escueto confirma revela una voluntad férrea y una gran claridad de ideas.


Las Vidrieras

Seis vidrieras adornan los muros de las capillas laterales. Son de santos enmarcados en arquitecturas góticas y compuestos según la tradición de laimaginería barroca. Buena muestra es la Inmaculada. Otras seis vidrieras cubren los ventanales de la nave central y presentan dibujos florales.


En la fachada principal, el rosetón tiene 16 radios y formas del gótico radiante. Es el más grande y bello de los rosetones, aunque no se puede gozar entera su visión por ocultarlo los tubos del órgano. Los rosetones norte y sur de la pared del crucero son iguales, con ruedas de diez radios y alternancia de rojos y azules.


El rosetón del ábside es también de 10 radios pero con más espacios para el vidrio. Debe atribuirse al arquitecto restaurador, D. Manuel García Rodríguez. Ocupa un lugar muy visible y espectacular. No defrauda, antes resulta muy agradable en su efecto, especialmente con la iglesia en penumbra.


El Retablo

Inaugurado el 10 de Agosto de 1945, es obra de varios autores: la carpintería y las tallas del Calvario y San Lorenzo son del taller compostelano de Manuel Cagide; las escenas del banco relativas a la vida de  San Lorenzo, son del pintor madrileñoApellániz; y el resto es obra del pintor Antonio Rodríguez-San Pedro.

Este retablo tiene escaso valor artístico. Apellániz copia los frescos de Fr'Angélico en la capilla de Nicolás V. Representalas escenas: "San Lorenzo ordenado diácono por San Sixto", "San Lorenzo recibe de San Sixto los tesoros de la Iglesia","San Lorenzo distribuye limosna a los pobres", "San Lorenzo ante el tribunal de Decio","San Lorenzo ante Decio y martirio".


El cuadro final del martirio escapa a los modelos de Fr'Angélico, con una composición más movida y bien resuelta, que tiene por centro el fuego y la parrilla, sin llegar a poner al santo sobre ella, o sea, conservando la serenidad renacentista.

Para las doce tablas que representan escenas de la vida de Cristo ha dibujadocomposiciones de los grandes flamencos del siglo XV, los preferidos en la España de los Reyes Católicos y el Imperio, tales como Van der Weyden, Dirck Bouts, Hans Memling, Van der Goes... Hay también referencias a Fr'Angélico y Fernando Gallego.


El cuadro “Pentecostés”

Podemos encontrarlo en el centro del retablo, es de los años 60 y obra de Joaquín Rubio Camín. Recuerda la composición de la Palla Brera ("La Madonna del huevo") de Piero della Francesca para su Pentecostés, escena también conocida como "La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles". La estrechez del marco obliga a situar en varias filas a los apóstoles.


El Vía Crucis

Al igual que los confesionarios y algunas otras imágenes, fue encargado a los Talleres Megide de Santiago de Compostela, dirigidos por el reconocido tallista D. Manuel Cagide, y presentado en el templo el 26 de marzo de 1945.


Todas las estaciones ofrecen una estructura común, inspirada muy directamente en los elementos arquitectónicos puramente góticos. Consta de dos pilastras laterales y un arco apuntado en el borde superior,  constituyendo un claro reflejo de tendencia a la elevación y  horror por lo macizo. No se busca tanto la monumentalidad sino la espiritualidad, un intenso sentimiento ascendente que en el mundo cristiano se traduce como una necesidad de Dios.


El Cristo crucificado

Fue bendecido e inaugurado el 4 de mayo de 1952  en el antiguo altar en la Iglesia de San Lorenzo. Se trataba, una vez más, de una obra del conocido imagineroCarballido, que representaba un Calvario presidido por una talla del Cristo de las Animas, de 2.5 metros de alto, en una cruz de 3.65 metros.


De ese antiguo retablo hoy solo queda este magnífico Cristo crucificado, que cuelga en la pared norte del transepto. Es una buena talla, al estilo de los Cristos barrocos de tradición española, o sea, con depurada anatomía, cabeza inclinada, expresión doliente y cierta dosis, no despreciable, de belleza idealista.


Los Confesonarios

Son obra del taller compostelano de Manuel Cagide, llevan en las puertas tallas de excelente factura, sobre fondo de paisaje polícromo acorde con las escenas, de temas alusivos a la penitencia, muy originales y de gran contenido teológico.
Los relieves de las puertas, policromados y compuestos al estilo renacentistaclásico, siguen un programa catequético y teológico, destinado sin duda a valorar losfundamentos evangélicos del sacramento de la penitencia:

Cristo da el poder a San Pedro y a la Iglesia
Parábola del hijo pródigo
Parábola del buen samaritano
Cristo cura a los enfermos
Cristo resucita a Lázaro
Cristo se deja ungir por la Magdalena y la perdona


El Tríptico de la Virgen de Lourdes

Se encuentra en la capilla y es obra de Nicanor Piñole. Representa la aparición de la Virgen a Bernardette en Lourdes.  La explicación de cómo brota el agua milagrosa de la jarra que lleva el ángel, resulta equidistante de la imaginación y de la fe. La Virgen es una mancha oscura, una especie de fantasma: pero hay que tener en cuenta que llevaba delante una estatua en piedra de Pepín Morán, escultor gijonés amigo de Piñole con quien el pintor aceptó colaborar. Este detalle cambia toda la interpretación del  tríptico, tal y como se ve actualmente.


La Virgen con el Cristo resucitado

Controvertida obra de Joaquín Rubio Camín, es la única obra  contemporánea en el conjunto de la iglesia. Se la conoce, vulgarmente y con poco acierto, como “la madreñona”. Refleja la teología cristológica, y por ende mariana, elaborada por el Concilio Vaticano II. María como madre del Resucitado adquiere una nueva dimensión en la historia de la salvación. Está elaborada con madera de abedul blanco de Rusia para el Cristo ascendente y con pino rojo del Canadá en la talla de la Virgen.

 

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