Playas

 
 
Playa del Puerto de San Miguel, Es Pas de S´Illa
Puerto natural con un amplio arenal exterior y numerosas casetas varadero, que constituye, junto con Portinatx y Sa Cala de Sant Vicent, una de las escasas zonas turísticas del norte de la isla. 
La playa concentra varios hoteles y apartamentos, algunos de los cuáles se han erigido de forma escalonada sobre los acantilados de la orilla derecha.
Hay distintos restaurantes, entre los que destaca Port Balanzat, uno de los más conocidos para comer pescado. 
También encontrarán algunos comercios y todo tipo de servicios, como alquiler de coches, deportes náuticos e incluso excursiones en barco. En la orilla se alquilan hamacas, sombrillas y velomares (patines), y dispone de duchas.
Antiguamente, el Port de Sant Miquel era un lugar tradicional de carga de productos agrícolas, que se exportaban por mar fuera de la isla. También era territorio habitual de contrabandistas, que ocultaban su mercancía en grutas cercanas, como la cueva d’en Marçà, hoy una de las atracciones turísticas más importantes de la zona.
Una carretera que asciende el acantilado hasta los hoteles y la cueva desemboca en la vecina Cala Benirràs. 
En la misma bahía del puerto existen también otras dos playas: Es Caló des Multons y Es Pas de S’Illa. En el horizonte, S’Illa des Bosc,  un islote privado con una vivienda de lujo, y en los acantilados próximos, la Torre de Balanzat.
 
Cala de Portinatx (Arenal Gros)
La bahía de Portinatx des Rei, llamada así porque en 1929 el rey Alfonso XIII desembarcó en ella durante unas maniobras militares, consta de tres calas: Arenal Petit, Arenal Gros y Port. 
Representa una de las más importantes zonas turísticas del norte. El Arenal Gros es la segunda cala y la de mayores dimensiones. Tanto su orilla como sus fondos son de arena blanca y fina, con aguas de intenso color turquesa.
Se encuentra rodeada por hoteles y apartamentos y una zona comercial, situada junto a la carretera, en una plazoleta donde se puede estacionar.
La zona incluye una amplia gama de servicios y en la misma orilla encontrarán un chiringuito. Está enlazada al Arenal Petit mediante un corto paseo marítimo. Cuenta con hamacas, sombrillas y velomares (patines) y la posibilidad de practicar deportes náuticos. Suele estar frecuentada por familias que se alojan en la zona.
 
Cala de Portinatx (Arenal Petit)
La bahía de Portinatx des Rei, llamada así porque en 1929 el rey Alfonso XIII desembarcó en ella durante unas maniobras militares, consta de tres calas: Arenal Petit, Arenal Gros y Port. 
Representa una de las más importantes zonas turísticas del norte. El Arenal Petit es la primera cala y cuenta con una pequeña orilla de arena blanca, con interiores semejantes. Sus aguas son de profundo azul turquesa y se encuentra rodeada por distintos hoteles y un pequeño paseo marítimo que enlaza con la playa grande.
La zona incluye una amplia gama de servicios y en la misma orilla encontrarán varios chiringuitos. 
Cuenta con hamacas, sombrillas y velomares (patines), además de la posibilidad de practicar deportes náuticos. Su ambiente es familiar, ya que sobre todo la frecuentan turistas alojados en los hoteles cercanos.
 
Puerto de Portinatx
La bahía de Portinatx des Rei, llamada así porque en 1929 el monarca Alfonso XIII desembarcó en ella durante unas maniobras militares, consta de tres calas: Arenal Petit, Arenal Gros y Port. Representa una de las más importantes zonas turísticas del norte. 
El Port de Portinatx es la más alejada y se sitúa en un estrecho entrante, distinto al que cobija los dos principales arenales de Portinatx. Tanto su orilla como sus fondos son de arena blanca y fina, con algunas rocas en los laterales.
Cuenta con algunos hoteles, apartamentos y restaurantes en el entorno. Destaca por su pintoresco paisaje, con llaüts que se refugian  al abrigo de los escollos y del islote de Sa Guardiola, y una sucesión de varaderos, sobre los que se sitúa un restaurante. En los márgenes de la orilla izquierda, los pescadores aún poseen pequeñas barracas donde guardan las redes y otros aparejos.
 
Cala de San Vicente
La Cala de Sant Vicent, próxima al pueblo del mismo nombre, representaba antaño la zona más aislada de Ibiza y permaneció despoblada hasta el siglo XVIII. 
Cuenta con varias casetas varadero en los extremos y el islote de Tagomago preside el horizonte. El agua, salvo durante los temporales, siempre mantiene un brillante color turquesa que a veces incluso parece irradiar una intensidad eléctrica.
Los acantilados de los alrededores, coronados por pinos y sabinas, contrastan con la arena tostada de la orilla y contribuyen a la espectacularidad del entorno. La llegada desde la zona de Sant Carles resulta especialmente memorable, ya que la cala se contempla desde lo alto.
Un enclave ideal para unas vacaciones familiares, ya que cuenta con todos los servicios, incluidas hamacas y sombrillas, velomares (patines), deportes náuticos y una pequeña zona comercial.
 
Es pas des S'Illa des Bosc
Esta pequeña lengua de arena y rocas une s’Illa den Bosc, un islote ubicado frente al Port de Sant Miquel, con la costa de Ibiza. 
La arena está mezclada con gravas redondas y sus aguas son muy limpias. La playa dispone de un pequeño chiringuito y algunas hamacas y sombrillas.
Junto a la calita discurre un camino que conduce al islote, de propiedad privada, cuyo interior alberga una lujosa villa. Una verja impide el paso a los curiosos. 
La otra orilla de esta lengua de tierra es de rocas irregulares y grandes y presenta muchas más dificultades para el baño. La vista, sin embargo, es espectacular. A corta distancia observarán otro islote, S’Illa Murada, que tiene forma alargada y una altura máxima de 30 metros. 
Su superficie alberga los restos de una antigua fortificación, cuyo origen constituye todo un misterio para los arqueólogos e historiadores. De ahí el nombre de S’Illa Murada, que significa isla amurallada.
 
Cala de Benirrás
Benirràs es unas de las calas míticas del norte, donde en las tardes de verano el sol se oculta al ritmo de los tambores, golpeados por numerosos percusionistas atraídos por este ritual. 
El toque mágico en el horizonte lo pone Es Cap Bernat, un islote estrecho y puntiagudo, de 27 metros de altura, situado en el centro de la bahía.
En un día cualquiera, la playa es frecuentada por todo tipo de público, aunque mantiene sus reminiscencias hippies. 
Cuenta con varios restaurantes y un chiringuito, así como servicio de hamacas, sombrillas y velomares (patines). 
El exterior es arenoso y el interior también, aunque con algunos tramos de grava. A ambas esquinas de la bahía se asientan unas pocas casetas varadero. 
Sin duda, uno de los rincones más pintorescos de Ibiza para disfrutar en familia, en pareja o con amigos.
 
Cala Xarraca
Atractiva cala al pie de un pequeño acantilado de tierra roja, con pequeños islotes en frente. Cuenta con un grupo de casas en la orilla derecha, entre las que llama la atención un chalet con una torre de piedra.
El paisaje es muy atractivo y la costa de los alrededores ofrece múltiples recovecos solitarios. Cuenta con un restaurante de pescado, así como servicio de hamacas y sombrillas. Suele estar frecuentada por familias que pasan sus vacaciones en Ibiza, alojadas en hoteles de la zona.
A la derecha de la cala, tras unas rocas, se abre otro pequeña cala con casetas varadero, al pie de la carretera de Portinatx.
 
Playa de S´Illot des Renclí
Calita privilegiada de aguas cristalinas, donde disfrutará del inmenso placer de los lugares recónditos y tranquilos. 
La zona de arena es reducida pero puede refugiarse entre las rocas o junto a los muelles lisos de las casetas varadero, que se arremolinan al abrigo del islote que da nombre al lugar.
En lo alto del pequeño acantilado desde el que se desciende a la cala encontrarán S’Illot, un buen restaurante de pescado con mesas a la sombra de un pequeño pinar.
 
Cala Xuclar
Pequeña calita rodeada de pinos y un cañaveral, con algunas casetas varadero a ambos lados, en el entorno de Portinatx. Mientras el exterior es de arena, el interior es de losa de piedra y grava. 
Nunca suele haber demasiada gente y las rocas que rodean los laterales de la orilla le confieren una belleza especial.
En la entrada de la playa hallarán un pequeño chiringuito de madera, que ofrece platos sencillos.
 
Cala D´en Serra
Pequeña calita próxima a Portinatx, en un entorno pintoresco de casetas varadero, relativamente alejada de las rutas habituales seguidas por los turistas que pasan sus vacaciones en Ibiza. 
Cuenta con un agradable chiringuito, en el que preparan platos sencillos, así como una pocas hamacas y sombrillas.
Bordeando a nado las rocas de la orilla derecha se alcanza otra calita desierta. Antes de alcanzar Cala d’en Serra hay un edificio abandonado, a medio construir. Es el único elemento que interrumpe un paisaje abrupto de pinos, acantilados y rocas.
 
Cala Multons
Diminuta calita rodeada de acantilados y pinos, con el exterior de arena, ideal para tumbarse al sol, y el interior de arena, rocas y grava fina. 
Cuenta con algunas casetas varadero, unas pocas hamacas en alquiler, un pequeño centro para practicar el surf de remo y un chiringuito pequeño y romántico, donde comer sardinas y otros platos sabrosos y sencillos. 
Para llegar a ella hay que atravesar un sendero peatonal que bordea la costa del Port de Sant Miquel, lo que hace que sea un rincón poco frecuentado y que los bañistas disfruten de la sensación de hallarse en un lugar realmente exclusivo.
Frente a ella se encuentra la pequeña playa de Es Pas de S’Illa y también S’Illa des Bosc, un islote de propiedad privada que alberga una lujosa casa.
 
Port de Ses Caletes
Rincón marinero y recóndito próximo a Sa Cala de Sant Vicent, al que sólo acuden las familias que tienen allí sus casetas varadero, situadas a ambos extremos de la orilla.
Sin duda, uno de los lugares apartados y fuera de las rutas turísticas más interesantes de cuantos resultan accesibles por carretera, sin necesidad de afrontar largas caminatas. 
No posee ningún tipo de servicio, así que hay que ir provisto de agua y comida. Les sorprenderá el cañizal que hay a la entrada de la playa, gracias a un pequeño manantial que agua dulce que en ocasiones incluso desemboca en el mar.
 
Cala Es Canaret
Cala paradisíaca y perdida, a la que hasta hace un tiempo resultaba imposible llegar, ya que sólo podía accederse a ella a través de una vivienda con torre, situada junto a su orilla. 
Recientemente, sus propietarios han habilitado un camino para que los bañistas puedan alcanzar la orilla sin dificultades. 
Se trata de una cala de aguas turquesas, con fondos arenosos y rocosos en el interior, y unas pocas casetas varadero en el exterior.
No dispone de sombrillas, hamacas ni otros servicios, pero se trata de un lugar idílico que merece la pena conocer y que casi siempre congrega a muy pocos turistas.
 
 

 

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