Playas
Playa de Santa Eulària



La Platja de Santa Eulària está compuesta por tres arenales unidos por el Paseo Marítimo de la localidad.
El primero, propiamente llamado Platja de Santa Eulària, se sitúa a continuación del puerto deportivo.
Seguidamente, se encuentra la Platja des Riu de Santa Eulària, en la misma desembocadura. Aquí los sedimentos del río han creado un entrante de arena en el mar, que amplía la anchura regular de este tramo de costa.
Siguiendo el paseo, después de atravesar la desembocadura del río por una pasarela peatonal, se alcanza un tercer arenal más pequeño: Es Caló de S’Alga, rodeado de hoteles.
Todas las playas son de arena y el mar de color turquesa. Se alquilan hamacas y sombrillas, velomares (patines) y se pueden practicar deportes náuticos.
Todo el paseo marítimo está repleto de bares y restaurantes y también existen algunos establecimientos situados a pie de arena.
Cala Llonga

Cala Llonga es una de las principales zonas turísticas de Santa Eulària. Cuenta con múltiples hoteles, transporte público, comercios, bares, restaurantes e instalaciones de ocio para niños.
Todos estos servicios se arremolinan en torno a la playa, que, sin embargo, resulta tranquila gracias a la extraordinaria profundidad de su orilla (hasta 100 metros en el tramo más ancho), que la alejan del bullicio del área residencial.
La playa es de arena fina y el entorno espectacular, ya que se encuentra protegida por un elevado acantilado en el lado izquierdo que se prolonga hacia el mar, proporcionando la sensación de estar en una ría.
Cuenta con alquiler de hamacas y sombrillas, velomares (patines) y se pueden practicar toda clase de deportes náuticos.
Buena parte de los bañistas se alojan o tienen casa en la zona, ya que los montes cercanos albergan algunas urbanizaciones con numerosos residentes extranjeros.
Playa de Es Canar

La zona turística de Es Canar es de las más importantes del municipio de Santa Eulària y concentra numerosos hoteles y múltiples servicios.
Se extiende desde la playa de Cala Nova hasta Punta Arabí, donde todos los miércoles se celebra un popular mercadillo hippy. La playa de Es Canar ocupa su zona central.
Es de arena fina, con un pequeño puerto de lanchas y llaüts en el lado derecho, junto a la zona más urbanizada.
Dispone de un amplio abanico de servicios, como alquiler de hamacas y sombrillas, velomares (patines), deportes náuticos, servicio de barcas hasta Santa Eulària, restaurantes y chiringuitos. La zona, en las noches veraniegas, está muy animada, repleta de bares y terrazas.
Cala Llenya

Cala Llenya es una de las playas más frecuentadas de la costa este de la isla. Los sábados, día de mercadillo en Las Dalias, recibe mayor afluencia de bañistas. Aún así, la gran profundidad de su orilla, de las mayores de la costa pitiusa, hace posible disfrutarla sin excesivos agobios incluso en esas jornadas.
Se encuentra situada al borde de un acantilado de tierra rojiza, rodeada de un tupido bosque y con algunas construcciones en el entorno.
Como otras playas pitiusas, llama la atención por la gran cantidad de arena que se acumula en la orilla, lo que obliga a caminar un tramo extenso hasta que el agua cubre.
El ambiente es familiar, hay dos chiringuitos y pueden alquilar hamacas y sombrillas, así como practicar deportes náuticos.
Playa des Figueral

Es Figueral significa tierra de higueras, porque en las cercanías hay muchos campos plantados con estos frutales.
Consta de dos playas contiguas, separadas por un islote adherido a la costa por una lengua de arena. Está precedida por una calle con apartamentos y algunos comercios y existen algunos hoteles sobre los acantilados cercanos.
Se trata de una playa de ambiente familiar, con múltiples servicios, como hamacas, sombrillas, deportes náuticos y un par de chiringuitos.
Cala Martina

Agradable playa de arena en la orilla y en los primeros metros del interior, situada a continuación de la zona de Es Canar, donde todos los miércoles se celebra el mercadillo hippy de Punta Arabí.
Tras las playa hay algunos bloques de apartamentos de poca altura, pero casi siempre se mantiene tranquila.
En el lado izquierdo hay unas pocas casetas varadero y a la derecha un pequeño bosque tras el que se sitúa la costa de S’Argamassa, con una mayor concentración de hoteles.
Cala Martina cuenta con servicio de hamacas y sombrillas, escuela de buceo, facilidades para la práctica de vela y deportes náuticos y un par de chiringuitos, uno de ellos abierto todo el año.
Desde ella se pueden contemplar los islotes Illa Redona e Illa de Santa Eulària, frecuentados por los submarinistas por las grutas de sus fondos.
Cala Pada

Cala Pada se identifica fácilmente, gracias al muelle que ocupa el centro de su orilla, donde desembarcan con comodidad los tripulantes de pequeñas embarcaciones turísticas y de recreo.
Se trata de una playa muy tranquila, de ambiente familiar, con tupidos bosques en los extremos.
En el lado izquierdo observarán un grupo de casetas varadero con la fachada encalada, algo ciertamente atípico en la costa ibicenca, ya que suele dejarse la piedra vista. El exterior es de arena y también el interior, con algunos tramos de rocas. Las aguas son transparentes, de color esmeralda.
La playa cuenta con servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, velomares (patines), varios chiringuitos y facilidades para la práctica de deportes náuticos.
Cala Nova

Extenso y precioso arenal de aguas turquesas, rodeado de pinos y ambiente familiar y tranquilo. Sin duda, una de las playas más bellas de la costa este del litoral ibicenco, frecuentada sobre todo por turistas que se alojan en el hotel que hay en el extremo sur y en los establecimientos de la contigua zona turística de Es Canar.
Como otras calas de la costa de Santa Eulària, requiere adentrarse bastante en el agua hasta que ésta cubre, por lo que es ideal para los niños. Sin embargo, es una playa abierta y en ocasiones el viento levanta olas. Los bañistas que se alejen de la orilla deben tener cuidado con las corrientes, un poco más fuertes en esta zona.
Cuenta con servicio de hamacas y sombrillas, alquiler de velomares (patines), cuatro restaurantes distribuidos por toda la orilla y un pequeño chiringuito.
Playa de S´Argamassa

S’Argamassa es un pequeño tramo de costa que alberga una sucesión de calitas muy frecuentadas por los clientes de los hoteles cercanos. Hasta hace poco era una playa muy tranquila, de ambiente familiar. Tras la apertura del hotel Melià Me Ibiza y de Nikki Beach, se ha convertido en una costa musical, de público más elitista.
A la izquierda de la playa, antes de Cala Martina, hay un embarcadero con un largo pantalán, donde atracan pequeñas embarcaciones.
A continuación, varias playas de arena, interrumpidas por un pequeño tramo de rocas y un entrante artificial, perteneciente a un hotel del entorno.
La orilla es estrecha, el interior tiene arena en buena parte de su recorrido y el agua es transparente y de color esmeralda. Hay servicio de hamacas y sombrillas, así como algunos chiringuitos.
Junto al Hotel Melià Me encontrarán un antiguo acueducto romano del siglo I, que formaba parte de una piscifactoría.
Playa des Niu Blau

Es Niu Blau es una playa tranquila, de ambiente familiar, rodeada de bosque, muy próxima a Santa Eulària.
Su atractivo paisaje, con coníferas y un tupido bosque de pinos que casi llega hasta el mar, es algo distinto a otras playas de la zona, debido a la desembocadura del Torrent d’Arabí. Por esta razón, el interior del mar en la orilla izquierda se halla repleta de gravas arrastradas por el torrente.
Cuenta con dos restaurantes y servicio de hamacas y sombrillas, y sobre todo la frecuentan turistas alojados en los hoteles y apartamentos cercanos.
Tradicionalmente, esta playa se llamaba S’Estanyol, al igual que otra que hay cerca del pueblo de Jesús y una tercera situada en la bahía de Sant Antoni, ya en el municipio de Sant Josep.
El nombre de Es Niu Blau se popularizó después de que el pintor valenciano, Rigoberto Soler Pérez (1896-1968) y su esposa, construyesen junto a la playa una cabaña a la que dieron ese nombre.
Cala Boix

Las playas de arena oscura son atípicas en Ibiza y Cala Boix es la más conocida. Se trata de uno de esos arenales que obligan a los bañistas a caminar lejos de la orilla para conseguir que el agua les cubra.
La playa se encuentra al borde de un acantilado, sobre el que se asientan varios restaurantes. El acceso se realiza a través de unas empinadas escalinatas. Abajo hay también un pequeño chiringuito, así como servicio de hamacas y sombrillas.
Una suave brisa casi siempre hace acto de presencia y el mar es de intenso color turquesa.
En el entorno, entre esta cala y Es Canal d’en Martí, se encuentra la Torre d’en Valls, desde la que se disfruta una espectacular panorámica del islote de Tagomago.
Cala Mastella

Pintoresco rincón marinero, situado en la desembocadura de un torrente y protegido por un cañaveral.
Consta de una pequeña cala, con una zona de arena en el exterior donde extender la toalla, y un pequeño puerto a la izquierda, donde se ubica uno de los chiringuitos de pescado míticos de la isla: El Bigotes
La cala dispone además de un pequeño quiosco en la orilla. Es un enclave pequeño y virgen, con mucho encanto.
Canal D´en Martí
 ibiza.jpg)
Este pequeño puerto natural, repleto de casetas de pescadores, compone una de las postales más pintorescas de la mitad norte de la isla.
Se trata de una cala pequeña, con arena en el centro de la orilla y grava y rocas en el interior, y un pequeño murete de desembarco. Ambos lados están repletos de varaderos.
Se ubica en la desembocadura del Canal d’en Martí, que le da nombre. Sin embargo, al estar situada en la zona de Es Pou des Lleó, a menudo se la conoce así de forma errónea, ya que el topónimo le pertenece a la calita contigua.
En época imperial romana existía aquí una factoría de producción de púrpura, un tinte de color violáceo muy valorado para teñir togas y otras prendas. Se elaboraba con moluscos.
Es Pou des Lleó

La zona de Es Pou des Lleó cuenta con varias playas pequeñas de rocas, muy agradables y tranquilas.
La más frecuentada es Es Canal d’en Martí, un puerto natural repleto de casetas varadero, a menudo llamado erróneamente Es Pou des Lleó, que en realidad es la cala anterior. Ésta sólo tiene unas pocas casetas varadero en un extremo y una pequeña orilla de grava.
El agua es transparente, de un color esmeralda intenso, y el paisaje, precioso. El pozo que le da nombre se encuentra junto al mar, a dos metros de altura.
No esperen servicios ni chiringuito, aunque en el camino de acceso encontrarán la Fonda Pou des Lleó, famosa por su cocina marinera.
Merece la pena subir a la pequeña meseta situada tras las casetas varadero, ya que a continuación hay un rincón costero espectacular, no demasiado idóneo para el baño, pero sí sorprendente por su paisaje.
Observarán unas voluminosas rocas que brotan en medio del mar y unas casetas varadero en la punta más alejada. Este cabo es conocido como Sa Punta des Llaüts. Frente a él hay una extensa roca sumergida perfectamente recortada que los lugareños definen, desde hace generaciones, como un antiguo puerto fenicio. Se aprecia perfectamente desde el acantilado.
A continuación, otra cala rocosa, conocida como Caló Roig.
Antiguamente, Es Pou des Lleó era lugar habitual de saqueos por parte de los piratas berberiscos, tal y como reflejan algunas canciones populares, y, al inicio de la Guerra Civil española, en 1936, las tropas republicanas también desembarcaron en la isla por este punto.
Hacia el otro lado, pasado es Canal d’en Martí, encontrarán la Torre d’en Valls, con el islote de Tagomago presidiendo el horizonte.
S'Aigua Blanca - Es Paller des Camp

Junto con Es Cavallet, es la principal playa de la isla considerada tradicionalmente como nudista. Es muy larga, de arena blanquísima y aguas de color turquesa, en un entorno virgen rodeado de acantilados. Desde ella se ve la Punta Grossa y la isla de Tagomago. Tenga en cuenta que la orilla, en verano, se queda en sombra antes de las seis de la tarde, debido al acantilado.
También es un lugar ideal –al igual que sucede en la cala de Es Bol Nou, en Sant Josep- para aplicarse sobre el cuerpo la arcilla de las rocas mezclada con agua, que actúa como un poderoso tonificante de la piel y el cabello. El lugar tiene un ambiente muy variopinto, en el que se mezclan familias, nudistas, hippies y todo tipo de gente.
Cuenta con dos chiringuitos -uno junto al camino de bajada y otro un poco más al sur-, duchas y servicio de hamacas y sombrillas. Presenta la dificultad de que el único parking (de pago) está algo alejado de la playa, a la que se accede por una pronunciada cuesta no apta para personas mayores o con dificultades de movilidad.
Playa de S´Estanyol

Recóndita, abrigada y agradable cala, con una zona de arena para tomar el sol y un tramo de casetas varadero situadas en la orilla contigua.
La playa, con un rústico embarcadero en mitad de la orilla, está rodeada de bosque y se ubica en la desembocadura del Torrent de Sa Font.
El nombre S’Estanyol (pequeño estanque) obedece a que antaño el agua del torrente se acumulaba cerca del mar, formando un humedal. En la orilla derecha, a pocos metros del mar, aún quedan restos de un pozo.
La playa cuenta con un conocido chiringuito, PK2, que ofrece pescados, arroces y platos sencillos. Se trata de un lugar informal, con un toque jamaicano, donde a menudo se organizan fiestas nocturnas.
Punta Arabí

En el cabo de Punta Arabí, justo al lado de Cala Martina, existe un pequeño rincón llamado Cala Gat, rodeado de pinos y sabinas, al que acuden muy pocas personas, pese a estar junto a la zona turística de Es Canar.
La poca afluencia de bañistas obedece a que la orilla está formada por grava y piedra, y el fondo es rocoso aunque de aguas transparentes.
Es un lugar recomendable para aquellos que buscan lugares solitarios.
Sòl d’en Serrà

Extensa cala de cantos rodados, a los pies de un largo acantilado, con algunos tramos de arena en la orilla.
Se trata de una zona de costa muy abrupta y bella, de aguas transparentes, aunque poco idónea para familias con niños, ya que resulta más difícil entrar en el agua.
El rincón, aún así, no pasa desapercibido gracias a la presencia del restaurante y beach club Amante, uno de los establecimientos de moda en Ibiza.
Allí encontrarán hamacas y sombrillas de lujo en varias terrazas sobre el mar, duchas de agua dulce, deliciosos cócteles y una oferta gastronómica de primer nivel. Sin duda, un lugar romántico, ideal para parejas.
Cala Olivera

Pequeña y agradable calita virgen, rodeada de bosque y aguas muy transparentes, de color esmeralda, donde suele haber poca gente y algún que otro nudista.
Es un enclave ciertamente exclusivo, ya que no suele aparecen en las guías y, al tener que atravesar un control de seguridad, mucha gente desiste. Sin embargo, el acceso está permitido a todo el mundo.
Frente a la cala observarán dos islotes que añaden belleza al entorno. Eso sí, no esperen encontrar un chiringuito.
Cerca existe otra playa diminuta, Cala d’Espart, un entrante rocoso con algunas casetas de llaüt, donde también puede bañarse.
Esta última cala se encuentra junto a la casa del cineasta Roman Polanski.
Cap Martinet

La minúscula zona de baño de la Cala Roja, junto a Cap Martinet, es otro de los refugios para los amantes de los sitios escondidos.
La playa es accesible desde tierra mediante un pequeño sendero y aunque es pequeña y está muy cerca de una zona urbanizada en el entorno de la capital, casi nunca hay nadie.
No dispone de chiringuitos ni servicios. Desde el agua, se puede alcanzar con relativa facilidad una playa contigua bajo un acantilado, de 90 metros de longitud y las mismas características que la anterior, pero resulta inaccesible desde tierra.
