Centro de Interpretación de la Batalla de Bailén

 
 
 
 
Dirección: C/ Pérez Galdós, 19
 
 
Una de las visitas ineludibles que tiene Bailén es, sin duda alguna, el Centro de Interpretación de la Batalla de Bailén.
 
Lo primero que nos llama la atención al llegar es su llamativo edificio, construcción relativamente reciente, que recrea en planta una gigantesca pieza de artillería: el cañón, en clara alusión al arma protagonista que hizo de Bailén y su Batalla un hito en la Historia de España. En sus jardines anexos, dos bóvedas pareadas simulan la munición de este singular inmueble.
 
Una vez en su interior (acceso desde la C/ Pérez Galdós nº 19) y a través de su Exposición Permanente, el visitante se dispondrá a revivir una Historia que claramente cambiaría el rumbo de Europa.
 
El Centro se compone de 6 salas interconectadas entre sí que muestran de una forma muy amena y didáctica, desde los inicios y las causas de la Guerra de la Independecia (1808-1814) hasta sus consecuencias más extremas, haciendo un completo recorrido por los ejércitos enfrentados, su armamento, la organización polítca, los personajes más reseñables, y como no, el papel crucial y decisivo que Bailén y su gente desempeñaron en tan rememorada batalla. El discurso sobre la cuestión se ha llevado a cabo siempre desde una óptica neutral, que lejos de hacer apología del acontecimiento bélico, busca su análisis objetivo, a través de virtudes como la solidaridad, la convivencia, la tolerancia, la democracia y la libertad.
 
Además, el Centro cuenta con una serie de salas destinadas a Exposiciones temporales con las que se completa, lo que es sin ninguna duda, uno de los atractivos turísticos más llamativos, y a la vez el acicate cultural y social de nuestra ciudad.
 
 
       SALA I: LOS DESASTRES DE LA GUERRA
 
          
A principios del siglo XIX casi todo el continente europeo estaba bajo el poder de Napoleón Bonaparte. En 1808 con el pretexto de invadir Portugal introduce sus tropas en España engañando a sus reyes y a los españoles.
 
          
Carlos IV, el rey español, fue obligado a abdicar quedando España a merced de Napoleón sin reyes y sin gobierno.
 
          
El día 2 de mayo se produce el levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, dando comienzo la Guerra de la Independencia.
 
 
 
         SALA II: DOS BANDOS ENFRENTADOS
 
         
Con la nueva organización política de España, la sala pone de manifiesto las características de ambos contendientes: La Grand Armeé francesa y el Ejército español. En ella se pueden observar diferentes uniformes, armamento, municiones...
 
 
 
          SALA III: LOS PERSONAJES
 
          
Culminando el recorrido contextual, se exponen los protagonistas de la Batalla, analizados desde una doble perspectiva: histórica y biográfica, los máximos responsables de la contienda serán: Francisco Javier Castaños, Teodoro Reding, José de San Martín, y Pierre Antoine Dupont.
 
 
 
          SALA IV :  LAS ESTRATEGIAS 
 
El camino de Dupont a Cádiz, la batalla del puente de Alcolea, el saqueo de Córdoba, los primeros ataques en la provincia de Jaén, el Plan de Porcuna, la Acción de Mengíbar, o el paso de los franceses por el puente del río Rumblar son algunos de los hechos que se reflejan en esta sala.
 
 
 
          SALA V: 19 DE JULIO DE 1808. LA BATALLA
 
          
La primera derrota de las “águilas napoleónicas” en campo abierto, queda representada por una maqueta del campo de batalla: más de 1000 miniaturas reflejan fielmente la disposición y las distintas fases de la contienda.
 
         
 “La rendición de Bailén” del pintor José Casado del Alisal, se presta a introducirnos en esta gesta, donde la participación del pueblo fue vital para el desenlace de esta lid histórica, Y donde sobresale el personaje de María Bellido.
 
 
 
          SALA VI: REPERCUSIONES DE LA BATALLA
 
          
La derrota de Dupont trajo consigo graves consecuencias para el desarrollo de la guerra. Tras poner en duda la invencibilidad de los franceses, Napoleón tuvo que acudir a la península con un nuevo y numeroso ejército para consolidar su dominio.
 
          
A nivel local hubo un reconocimiento unánime para Bailén otorgándosele el título de Muy Noble y Leal en 1809 por la Junta Suprema Central, concediéndole a todos los participantes la Medalla de oro bajo el lema “Al valor de y la lealtad”

 

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