La Noche de la Tragantía

Se mezclan en este espectáculo durante un recorrido de entre cuatro y cinco horas música, danza, teatro, animación, gastronomía y disfrute de una noche de junio por parte de jóvenes y mayores en torno a la leyenda de la mujer-serpiente.
La leyenda trata de una princesa mora encerrada en las mazmorras del Castillo de la Yedra por su padre el rey del Castillo. Ante el inexorable avance de las tropas cristianas éste encerró a la princesa en una cueva cercana al castillo tapiando la entrada con la intención de rescatarla cuando las tropas cristianas se hubieran marchado, refugiándose él con su tropa en la cercana sierra que rodea al pueblo. Sin embargo las tropas cristianas alcazaron al rey y a su séquito dando muerte a todos ellos y ocuparon la población de Cazorla.
La princesa aprisionada en la cavidad, ignorada por todos, según cuenta la leyenda, a causa de la oscuridad y la humedad se metamorfoseó mitad en lagarto mitad mujer, y desde entonces permanece en la cueva de la que sólo sale las noches de San Juan, en las que se puede oir su lamento:
Yo soy la tragantía
hija del rey moro,
quien me oiga cantar
no verá la luz del día
ni la noche de San Juan.
La antítesis día-noche se convierte en una extensión polarizada vida-muerte, bien-mal. El maleficio a mediados del S.XX se rompía con la procesión mágica que encabezaba una calabaza con orificios y hendiduras de zagalillos que imitaban una calavera cubiertos con papel rojo y sobre un soporte de palo largo en el que se fijaba una vela. La intención está clara: la lucha contra las sombras nocturnas se plasma en la luminosidad del objeto. La luz de la vela es el amuleto que repele la profecía hasta llegar al siguiente día. Los jóvenes paseaban la víspera de la noche de San Juan este objeto por las calles del pueblo para repeler el mal de la mujer-serpiente.
