Ávila Románica
La solución más apropiada para la construcción de la muralla fue el granito, material abundante a pie de fábrica, tanto en la crestería sobre la que se levanta la defensa como en materiales de la necrópolis romana reaprovechables. Para los templos románicos (SS.XI-XIII) se buscó un material más dócil, apto para la filigrana escultórica. Es ahí donde fue fundamental la denominada "piedra caleña" de La Colilla o conglomerado granítico, fácil de trabajar, de color amarillento con tonos naranjas y rojizos dados por su contenido en óxidos férricos, que provoca un grácil dinamismo que contrasta con la robustez del estilo románico, y que caracterizará al románico abulense.
Las canteras de granito "caleño" de la cercana población de La Colilla estarán unidas a la historia de las construcciones románicas de la ciudad de Ávila, viendo la evolución del románico al gótico en grandes templos, como el de San Vicente o la propia catedral, en cuya girola se empleó una variante de "caleña", denominada "sangrante" por la riqueza en matices rojos y blancos.
La visita a la ciudad medieval debe iniciarse con un recorrido de Las Murallas, el mejor ejemplo de arquitectura militar del románico español y modelo único de la arquitectura medieval europea. Su trazado es fundamental para comprender una ciudad de la que sus murallas fueron defensa militar, cinturón sanitario, frontera fiscal y soporte de otras arquitecturas.
- Murallas,
- Episcopio,
- Catedral,
- Iglesia de San Pedro,
- Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua,
- Iglesia de la Magdalena,
- Iglesia de Santo Tomé El Viejo,
- Iglesia de San Andrés,
- Basílica de San Vicente,
- Iglesia de San Martín,
- Iglesia de Nuestra Señora de la Cabeza,
- Ermita de San Segundo,
- Iglesia de San Esteban,
- Iglesia de San Nicolás,
- Iglesia de San Juan Bautista,
- Iglesia de Santiago,
- Ermita de las Vacas