Tibidabo y Collserola
Collserola, la sierra que delimita Barcelona desde el río Besós al Llobregat, tiene la montaña del Tibidabo como pico más alto y es el símbolo omnipresente de la ciudad. Ofrece al visitante un parque metropolitano lleno de zonas verdes y torrentes, y miradores como el del parque de atracciones o el de la Torre Collserola.
La silueta de la iglesia del Sagrado Corazón, construida por Enric Sagnier entre 1902 y 1961 y la de la Torre de Collserola, de 1992, se recortan en el cielo de Barcelona. Se puede acceder con el Tranvía Blau, una línea que data del año 1901 y que acaba al pie del Funicular que se construyó en su día para llegar al Parque de Atracciones del Tibidabo. Este parque, que se encuentra plenamente activo a día de hoy, está situado en los 512 metros de altura del pico del Tibidabo, y aún hay atracciones con regusto de otras épocas.
El mirador más espectacular es sin duda el que propone la torre de telecomunicaciones del arquitecto inglés Norman Foster, a 560 metros de altura. Desde allí se puede contemplar la ciudad extendida a nuestros pies y también la llanura del Vallès hacia el otro lado. En medio se extiende un corredor natural protegido que desde 1987 constituye el Parque metropolitano de Collserola. Se trata de un espacio natural de especial riqueza, a menudo desconocido, que se puede atravesar a pie o en bicicleta por la bonita carretera de les Aigües (de las Aguas).
Ya en Vallvidrera se puede visitar la Casa-Museo Verdaguer, la antigua Vil·la Joana, donde el escritor catalán pasó las últimas semanas de su vida y que constituye tan sólo un ejemplo de la rica historia de Collserola.
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