Instituto Cardenal López de Mendoza


Dirección: Plaza Luis Martín Santos, s/n
Es una construcción renacentista de las más importantes de la ciudad de Burgos. Comenzaron las obras en 1538 y se concluyeron en 1579.
Su obra de sillería es de gran calidad, sobre todo la fachada, cuya piedra caliza procede de las conocidas canteras de Hontoria. Intervinieron varios maestros canteros, siendo el más importante Pedro de Resines al que siguieron Baltasar de Castañeda, Juan del Campo y otros. La escultura, centrada en la portada y los escudos, es obra de Diego Guillén y su sucesor Antonio de Elejade. La obra de carpintería fue llevada a cabo por Juan de Heras y Miguel de Osma, entre otros.
La fachada, perfectamente plana y en desarrollo horizontal, es un gran muro de sillería dividido en siete lienzos separados por contrafuertes de sección cuadrada. En los extremos del muro se disponen sendos contrafuertes circulares con el escudo del Cardenal a media altura. En cada lienzo van dos ventanas alargadas, una en cada piso, la superior con arco de medio punto y la inferior ojival. En el lienzo central se dispone una portada de gran belleza formal en claro desarrollo vertical dispuesta en tres cuerpos: el inferior que remeda una arquitectura clásica con dos columnas exentas en la que se encuentra la puerta con arco de medio punto y dos clípeos con bustos masculinos en las albanegas. En el segundo cuerpo, de menor tamaño, enmarcado por las cornisas y dos columnas adosadas, se dispone la gran cartela fundacional soportada por dos pequeños tenantes con el texto de la fundación del Centro y sobre ella el escudo del Cardenal sostenido por otros dos tenantes de mayor tamaño. El cuerpo superior está presidido por una hornacina avenerada que recoge la escultura del obispo San Nicolás, patrono del Colegio. A sus lados van dos pequeñas ventanas con arco de medio punto.
Bajo todo esto hay una ventana-tabernáculo, como en la casa de Miranda, en cuyos lados van dos telamones con las extremidades inferiores drapeadas. Dicha cartela fundacional lleva el siguiente texto:
ESTE COLLEGIO MANDÓ HAZER EN SU TESTAMENTO EL ILLMO. Y
REVERENDÍSIMO SEÑOR CARDENAL Y OBISPO DE BURGOS DON ÍÑIGO
LÓPEZ HIJO DE LOS CONDE DE MIRANDA DON PEDRO DE ZÚÑIGA Y DE
AVELLANEDA Y DOÑA CATALINA DE VELASCO NIETO DE LOS CONDES
DE MIRANDA DON DIEGO LÓPEZ DE ZÚÑIGA Y DOLA ALDONZA DE
AVELLANEDA. BISNIETO DE LOS CONDES DE PLASENCIA DON PEDRO DE
ZÚÑIGA Y DOÑA YSABEL DE GUZMÁN. FUERON TAMBIÉN SUS ABUELOS
EL CONDESTABLE Y CONDE DE HARO DON PEDRO DE VELASCO Y LA
CONDESA DOÑA MENCÍA DE MENDOZA SU MUJER. MANDOLO EDIFICAR
DON PEDRO DE VELASCO QUARTO CONDESTABLE DE LOS DE SU
LINAGE. ACABOSE EL AÑO MDXX[IX].
Se accede al edificio por un zaguán cuadrado cubierto con bóveda ojival tardogótica. Enfrente está la puerta de acceso al claustro y a ambos lados sendas puertas de acceso a la capilla, la de la izquierda, y al general inferior por la derecha. La capilla ocupa todo el lado izquierdo de la fachada, de paredes lisas y cubierta con bóveda ojival, como el zaguán, con tres tramos en la capilla y otro sobre el coro que está sobre el zaguán. Tuvo un retablo hecho por Antonio de Elejalde del que no queda nada, y desde 1871 se instaló la sillería renacentista del monasterio de Vileña (La Bureba). En el lado derecho de la fachada van dos aulas generales, salas amplias, una en cada piso, que han desarrollado distintas funciones a lo largo de su historia. La superior, desde que acogió la cátedra de Dibujo, se la decoró con hermosas pinturas.
El patio, de forma cuadrada, es el eje de la construcción, tiene dos galerías formadas por arcos rebajados que se apoyan en pilastras adosadas. En el centro hay un pozo con su brocal liso.
La escalera principal se encuentra en el ángulo NO. Es de tipo claustral, austera pero señorial, formada por tres tramos en cuyo segundo rellano se encuentra una ventana de asiento. Se accede a ella por un espacio con arco carpanel y, en la parte superior, destacan dos arcos escarzanos, tanto en el vano como en la tribuna. El resto de las dependencias han desarrollado distintas funciones pero hemos de destacar que el piso inferior fue la sede de las cátedras y el superior, residencia de colegiales o internos en el siglo XIX.
Museo de Ciencias Naturales
Desde los comienzos del Instituto, la cátedra de Historia Natural, a través de compras con la dotación anual y por importantes donaciones, constituyó el Museo, debido a los desvelos de Mauricio Pérez San Millán y, sobre todo, de José López de Zuazo quien, en 1903, decide reunir en una sala única las importantes colecciones y especimenes dispersos por las dependencias y aulas del centro.
En la década de los años 80, se produce durante el verano una invasión de polilla, carcoma y Anthrenus museorum tal que acaba con buena parte de los animales de pelo, vitrinas de madera y colecciones entomológicas respectivamente, lo que obliga a solicitar del Ministerio de Educación una dotación extraordinaria de unos seis millones de pesetas –que se concede- para la sustitución total de los armarios y la restauración de vitrinas y sala del museo.
Hoy, tras la necesaria restauración integral del edifi cio renacentista (1997 a 1999), el museo se ha trasladado a la antigua aula de dibujo, con paredes pintadas al fresco y artesonados de madera decorados, un marco incomparable para los fondos allí depositados que cautiva al visitante.
En la actualidad se desarrollan las pertinentes tareas de conservación, revisión científica y diseño de actividades docentes.
En general, podemos resumir el contenido agrupándolo en los siguientes bloques:
Fauna, ibérica o exótica, unos 7.000 ejemplares (animales naturalizados –aves y mamíferos fundamentalmente-; colecciones de artrópodos –coleópteros y lepidópteros fundamentalmente-; colecciones de invertebrados no artrópodos –de casi todos los Phylla-; colección de conchas de moluscos –sobre todo las procedentes de la expedición del Pacífico-, colección de cráneos y patas).
Flora, unos 3.000 ejemplares (distintos herbarios donados por profesores –destacan ejemplares de Pio Vont Quer–, una colección de más de 200 tipos de semillas conservadas en sus recipientes originales, donadas en su día por el Real Jardín Botánico de Madrid y una colección de cortes de troncos de árboles con interés forestal –de la misma procedencia anterior–, donadas con destino a la cátedra de agricultura).
Minerales, gemas, rocas y fósiles, unos 800 ejemplares, colección que, a pesar de ser desarticulada en los años 50, tras la división del primitivo Instituto en dos nuevos centros, conserva ejemplares bastante signifi cativos, procedentes del Museo de Ciencias Naturales de Madrid y del IGME, y se sigue aumentando mediante compras, recolecciones y convenios con universidades.
Modelos clásticos del Dr. Auzoux, colección que se compone de estructuras vegetales, animales y órganos humanos, trabajados en pasta de papel en los talleres parisinos del Dr. Auzoux entre 1881 y 1915, todos ellos desmontables y decorados en color. Nos muestran hasta el más mínimo detalle de la estructura que se describe: una auténtica disección anatómica.
Modelos de anatomía humana del Dr. Velasco, piezas de anatomía humana del siglo XIX, unas fabricadas en escayola y pintadas a mano, otras, piezas naturales del esqueleto humano perfectamente ensambladas para su mejor estudio.
Modelos de bacterias, algas y hongos, modelos en pasta de papel y materia plástica fechados en el año 1900 y fabricados por R. Brendel en Grunewald (Berlín).
Modelos historiados, o lo que es lo mismo, conjuntos que describen las distintas fases del ciclo biológico de un ser vivo concreto, o la procedencia y las aplicaciones de diversos materiales biológicos o minerales.
Láminas murales y mapas docentes, unos 240 ejemplares que comprenden grupos de láminas de Zoología, Botánica y Geografía de fi nales del siglo XIX. Entre ellas destacan la colección “Planches murales Zoologíques”, litografi adas a mano por Achille Comte; “Classe de Botanique” de Emile Deyrolle y otras.
Maquetas del aula de Agricultura, es decir, modelos tanto de maquinaria agrícola (arados, trillos, gradas, rastras, aventadoras...) como utensilios de mano (guadañas, hoces, bieldas, etc.) de la época.
Instrumental de época para el aula y laboratorio de Ciencias Naturales y Física y Química, una mirada retrospectiva a las aulas y laboratorios del pasado a través de epidiáscopos, proyectores, autoclaves, destiladores, microtomos, microscopios, estufas de cultivos, redomas de barro refractario o cristal, crisoles, balanzas, mecheros de laboratorio, etc, que formaban parte del equipamiento escolar de siglos pasados, rescatadas del olvido de los desvanes por quien suscribe en 1984.
Colección arqueológica Rodrigo de Sebastián, unas 80 piezas de industria neolítica donadas por Rodrigo de Sebastián procedentes de distintas localidades de la provincia de Burgos.
El Jardín del Instituto
A mediados del siglo XIX (1846), junto a las asignaturas tradicionales se cursaba la de Agricultura teórico-práctica que acabó convirtiéndose en una cátedra en 1876. Para desarrollar sus actividades docentes el Instituto disponía de un jardín botánico, tercer elemento patrimonial, con huertas y terrenos de experimentación al que se incorporó un invernadero en la década de los 70. Muchos de estos terrenos fueron utilizados para levantar edifi cios de ampliación del instituto (un nuevo aulario, un pabellón de laboratorios y un polideportivo) con que hacer frente a las demandas de escolarización.
En la actualidad se conserva y se amplía parte del jardín botánico, aunque de tener un uso exclusivamente lúdico, se ha adaptado a las nuevas necesidades educativas.
La Biblioteca
El Instituto ha ido creando una importante biblioteca, cuarto bloque patrimonial, conseguida con las incorporaciones a través de los presupuestos ordinarios, de las bibliotecas de monasterios exclaustrados y de donaciones, entre las que destacamos las llevadas a cabo por el gobierno francés, con motivo de los cursos de verano y, sobre todo, el legado del profesor Eloy García de Quevedo. Desgraciadamente, la biblioteca, al igual que el gabinete-museo de Historia Natural y otras cátedras, dividió sus fondos al crearse el segundo instituto burgalés - Conde Diego Porcelos- y éstos fueron “perdiéndose” por el camino.
Los legajos, expedientes académicos históricos, libros de contabilidad y actas, así como los expedientes de depuración de maestros, etc. fueron cedidos al archivo histórico provincial para su custodia.
Observatorio Meteorológico
En 1861 se instaló en el centro el Observatorio Meteorológico, de ámbito provincial, que ha venido funcionado como tal hasta finales del siglo XX. El legado patrimonial que nos deja incluye hojas de datos climatológicos originales de cerca de medio siglo y algunos elementos de equipos de meteorología del siglo pasado, que se están ampliando actualmente con nuevas donaciones.