Ibiza/Eivissa

 
 
 
 
Isla perteneciente al Archipiélago Balear (Islas Baleares)
 
Punto de encuentro e intercambio de varias culturas; púnicos, fenicios, romanos, vándalos, bizantinos, visigodos, musulmanes, catalanes, se han ido sucediendo en la ocupación de Eivissa. Esta riqueza cultural se traduce en una forma de hacer y en un paisaje. 
En los últimos 40 años, las necesitados de un turismo a veces masificado, ocupó territorio, y convirtió una isla pobre, donde mucha gente había de emigrar, en una fuente de riqueza. La sociedad evolucionó de forma rápida hacia la modernidad, olvidando algunas de sus características. Pero Eivissa está llena de lugares maravillosos, que junto con el talante de sus habitantes ofrecen una isla especial dentro la mediterránea.
 
La ciudad de Eivissa o Vila concentra gran cantidad de servicios y actividades, pero su paso a la modernidad ha convivido con los barrios tradicionales e históricos, como l’Eixample, la Marina, o Dalt Vila, conservada integramente de forma excepcional y declarada Patrimonio de la Humanidad.
 
Fortificación marítima estratégica en la mediterránea desde tiempos históricos, en los años 30 del siglo XX, los primeros visitantes se encontraron una isla singular, y se empezó a extender el mito internacional de Eivissa.
Hoy, Ibiza Patrimonio de la Humanidad, una ciudad multicultural y con una gran tradición en turismo, ofrece paisajes, cultura, arte y patrimonio, naturaleza, ocio, deporte, gastronomía, comercio ... 
 
El 4 de diciembre de 1999, la UNESCO inscribió la categoría Eivissa, Biodiversidad y Cultura dentro del conjunto de Patrimonio de la Humanidad. De esta forma, las Pitiüses pasaron a formar parte de este exclusivo club mundial del que España es el miembro con mayor cantidad de bienes. 
 
Para Eivissa, una isla eminentemente turística, este reconocimiento representa la herramienta apropiada para promocionar todos sus atractivos y superar el tópico de sol, playa y fiesta, célebre en todo el mundo. La cultura milenaria y la rica biodiversidad de Eivissa han encontrado en la declaración de Patrimonio de la Humanidad un vehículo de promoción ideal. En estos últimos años, Eivissa ya ha notado un aumento del turismo cultural, rural y deportivo, una de sus apuestas de futuro más sólidas. 
 
La UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad la acrópolis de Dalt Vila (el casco antiguo de la ciudad de Eivissa), las praderas de posidonia oceánica, cuna de la rica biodiversidad marina de las Pitiüses, y la necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins y el asentamiento fenicio de sa Caleta, vestigios de los primeros asentamientos de las islas. 
 
Dalt Vila es un monumento a la Historia. En sus múltiples estratos se superponen vestigios de todas las culturas que han pasado por la isla, desde los primeros pobladores de la bahía de la ciudad de Eivissa, pasando por fenicios, cartagineses, romanos y musulmanes, hasta la conquista catalana a manos del Reino de Aragón, en el siglo XIII. Su arquitectura, de gran belleza y sencillez, ha influido notablemente en las construcciones coloniales del Nuevo Mundo. 
 
Las praderas de posidonia –planta marina fanerógama endémica del Mediterráneo- son el origen de la belleza y transparencia de las aguas del mar pitiuso. Su conservación es por tanto un imperativo, pues la vasta biodiversidad de las aguas de Eivissa y Formentera depende directamente de su buena salud. Al igual que los arrecifes coralinos en los mares tropicales, las praderas de posidonia de Eivissa y Formentera son un patrimonio mundial cuya pérdida sería una catástrofe para la cadena trófica.
 
¡Bienvenidos a Eivissa!
 
 
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